Uno puede llegar más sobre algo, cuando ya no esta. Nos damos cuenta cuando ese algo ya se ha ido. Lo echamos de menos, pero mientras tanto, lo ignoramos. Nadamos entre nuestro orgullo pensando que tu eres superior a ese algo, y que no tienes que hacer el mínimo esfuerzo para mantenerlo a tu lado, hasta que te das cuenta, que otra vez más eres una insignificante persona en este mundo, la cual tiene el mismo poder ante todo que los demás y que la gente se cansa de la gente que espera que agan por ella sin recibir nada a cambio. Y es aquí cuando algunas personas se dan cuenta de que o cambian o van a ir perdiendo gente tan o más rápido de lo que se esperan y todo por tardar en rectificar, o a veces ni tardar.